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CONOCE LOS CRÍMENES MÁS ATROCES  DE SENDERO LUMINOSO

Sendero Luminoso mataba en grandes cantidades a aquellos que no compartían la ideología del pensamiento “Gonzalo”.

Por estos meses de junio y julio, pero de 1984, Sendero Luminoso (SL) volvía a ser protagonista de sangrientos asesinatos perpetrados sin razón alguna ocurridos en la provincia de La Mar, del departamento, Ayacucho. Era evidente, que el grupo terrorista tenía una sola misión: “batir el campo y aplastar la rebeldía”.


8 DE JUNIO DE 1984

Durante los meses en mención, Sendero Luminoso aniquiló cerca de ciento cuarenta y siete (147) vidas entre ellas hombres y mujeres de todas las edades sin importar su condición económica, social, educacional, etcétera. Por ejemplo, SL advirtió y prohibió el comercio ambulatorio entre los campesinos, sin embargo, hacían caso omiso a la amenaza porque el negocio era parte del sustento del día, así que, la madrugada del 8 de junio de 1984 en el poblado de Magno-Pampa, Sendero Luminoso solo esperó y observó a que los primeros comerciantes empiecen a acomodar sus productos –que mayormente eran verduras, tubérculos y frutas de primera necesidad– y realicen la venta de la misma.

De pronto, cerraron la calle por ambas esquinas realizando disparos donde murieron diez varones, ocho mujeres y tres niños. Y aunque, el grupo de terroristas, se fue con rumbo desconocido tras la balacera, solo atinaron a colocar un letrero que “justificaba” el hecho: “Así mueren los enemigos de la guerra popular”.

9 DE JUNIO DE 1984

No obstante, a la mañana siguiente del 9 de junio, otro genocidio se produjo cuando los hombres de Abimael Guzmán dispararon contra quince campesinos que viajaban en un camión de carga de maíz desde Ocros a Huamanga. El añejo chófer de nombre, Agapito Infanzón Cutipa, fue ordenado por los terroristas para que se detenga su recorrido, pese a que, le faltaba muy poco para su destino. El hombre sin pensarlo obedeció y Sendero Luminoso comenzó con el ataque hacia los campesinos. Una vez más, la razón de este hecho también es desconocida.

13 DE JUNIO DE 1984

En esta fecha Sendero Luminoso volvió a sembrar el terror en el poblado de Chilca y al menos treinta personas fueron presa de éstos despiadados sujetos entre ellos menores de edad. Sin embargo, no todos fallecieron y diez de ellos lograron salvarse. Como era de esperarse, Sendero, hizo su llegada al sitió tocando una campana de la vieja capilla que se ubicaba en lugar y realizaron el ataque a su antojo sin importarles nada.

Posteriormente, luego de siete días se produjo otro atentando en la misma provincia de La Mar, esta vez en Villorrio de Balcón  dónde diecinueve persona fallecieron a causa de unos disparos provocados por los terroristas entre ellos cinco menores de edad. Lastimosamente, no pasaron ni cuatro días y Sendero Luminoso seguía ejecutando crímenes a diestra y siniestra. El pueblo afectado con la muerte de veinte campesinos que se negaron a colaborar con SL de aquel 24 de junio fue el Villorrio de Xaxamarca, pues los senderistas consultaron a la gente que observaba si querían que mataran a los traidores y dos mujeres atinaron a salir en defensa de sus maridos.

La desesperación de las féminas terminó por indignar a los terroristas y terminaron por acabar con sus vidas y las de sus esposos.

Sendero Luminoso no tenía cuando parar de asesinar, y el 6 de julio visitó Chilca por tercera vez para advertir a los pobladores que se acercaran a la plaza de la ciudad. Los que se negaban o no lo hacían a tiempo, Sendero Luminoso se encargaba de ir casa por casa para aniquilarlos como animales a cualquiera que encontraran en su camino sin importarles nada en lo absoluto. Lo más curioso de estos episodios, es que, muchos de los campesinos se rebelaron contra las rondas.

Finalmente, el informe de la DESCO concluye que el 6 de junio de 1984 al menos 22 campesinos murieron por culpa de Sendero Luminoso, el ataque del 24 de junio de ese mismo año fue producto de un “juicio popular” y ese mismo día en otros poblados Sendero asesina a otras víctimas.


ü  FUENTES CONSULTADAS:
-           Libro de la DESCO.





A 36 AÑOS DEL SEGUNDO GRAN GENOCIDIO PERPETRADO POR SENDERO LUMINOSO


Cada acto de Sendero Luminoso es un pasaje agrío para recordar.

El pasado 20 de mayo se recordaron los 36 años del segundo crimen, más sangriento, ejecutado por Luminoso en 1983 en la localidad de San Juan de Secce, ubicado en la provincia de Huanta - Ayacucho. Y aunque, cuesta creer que ya pasaron más de tres décadas de aquella tremenda barbarie, aún se palpa el dolor y la brutalidad con la que actuó este grupo.

La historia narra que al menos ochenta comuneros fueron asesinados sin piedad por una columna de cien senderistas debido a que se negaron a colaborar con dicha agrupación terrorista.

 Cabe destacar, que Sendero obligaba a los comuneros a someterse a sus ideologías y formas de actuar con la sociedad, por ello, cuando decidía generar un embate en una comunidad, los lugartenientes del EGP se encargaban de sojuzgar a la gente y los concentraban en las afueras del centro poblado a dónde tenían apresados.

Fue esta  táctica la que pusieron en práctica los senderistas con la localidad de San Juan de Secce, la cual fue la más vulnerable y perjudicada, ya que, no contaban con armamentos para su defensa en masa. Aquel 20 de mayo dieron muerte indiscriminada a ochenta personas entre ellas figuraban hombres, mujeres y niños por negarse a obedecer las órdenes de los terroristas.


Era más que evidente que Sendero Luminoso tenía en la mira a los pobladores de San Juan de Secce porque les llegó el rumor de que un campesino de nombre Pedro Ataucusi Rosas apoyando al pueblo para que se defienda de las masacres terroristas, por lo que, el partido que tiene mil ojos y mil oídos decidió “castigarlo ejemplarmente”.

La muerte de Ataucusi fue una de las más atroces. Sendero luminoso hizo y deshizo con su vida. Empezando por la cruel tortura de arrancarle los ojos hasta llenar su vientre de excremento, según ellos en señal de castigo y justicia.

No obstante, se supo que no era, Ataucusi, quien habría sido el “soplón” culpable del atentado a los 80 comuneros sino un jovencillo de 16 años quién también no escapó de los asesinatos de Sendero y resultó ahorcado.

En tanto, existen más de 20 testimonios escalofriantes de los sobrevivientes a los salvajes actos de Sendero Luminoso contra los campesinos de la mencionada localidad y cuyo material obra en el Cuartel de Castropampa.

Finalmente, dicho acontecimiento fue publicado en varios medios de comunicación, sin embargo, las organización de Derechos Humanos brillaron por su ausencia hasta el día de hoy.



DATOS PARA NO OLVIDAR
Sendero Luminoso obligaba a los comuneros a someterse al “Nuevo Orden” que constaba de cuatro reglas severas:

1. Sembrar únicamente para el autoconsumo.
2. Cortar todo tipo de relación con los pueblos vecinos. regionales.
3. Cumplir con la cuota de sangre que consiste en entregar a los mejores muchachos
4. Prohibir la participación en ferias 
5. de la comunidad al Ejército Guerrillero Popular (EGP). 







      Foto: CVR


SENDERO LUMINOSO Y LOS NIÑOS BOMBA

El siglo pasado fue uno de los más oscuros y violentos, ya que, la organización criminal Sendero Luminoso, provocó durante años momento de horror y peligro para el pueblo peruano. Esta vez, el grupo terrorista demostró su frialdad y crueldad al usar menores de edad para explosionar bombas junto a ellos.

TRES CASOS MACABROS PARA NUNCA OLVIDAR

Tras cinco años del oleaje de crímenes perpetrados por Sendero Luminoso, el grupo terrorista no tuvo mejor idea que estallar bombas que fijar el blanco en los niños que, presuntamente eran usados para ser amoldados con sus ideas y denominados como “guerrilleros”.  La historia explica que el 13 de septiembre de 1985, cerca de las once de la mañana parte del equipo de Sendero (que se trasladaban en un vehículo) entregó una dinamita con la mecha encendida a un menor de trece años, el cual, tenía como objetivo ser explosionado en una casona ubicada en la Calle Asamblea de la ciudad de Ayacucho y en dónde se hospedaba el personal de la Policía de Investigación.  Sin embargo, esta vez Sendero falló cobrando la vida del inocente pequeño quien quedó despezado tras ser explotado por la bomba, antes de tiempo.

No contentos con este asesinato, el 8 de mayo del año siguiente Sendero Luminoso continuó atentando contra la ciudad de Ayacucho con esta modalidad de los NIÑOS ­- BOMBA, pues la plaza de Huamanga se encontraba alertada por el resguardo policial que existía en ese momento y esto llamó la atención de los turistas que merodeaban la zona. Minutos después se escuchó un fuerte sonido cerca de la plaza, se trataba de un menor de doce años que había sido “volado” con diez cartuchos de dinamita que los terrorista le habían entregado para que sea explosionado en la sede de ENTEL – PERÚ. De ejecutarse el atentado, hubiesen muerto un centenar de personas entre ellos trabajadores y clientes de la empresa. Cabe destacar, que nadie reclamó por los restos del menor.

Posteriormente, luego de tres días del fallido genocidio en ENTEL – PERÚ, otro niño falleció a causa de una bomba que estaba guardada dentro de un artefacto ya que Sendero  había encomendado, al menor, que se lo arroje a un grupo de policías que conversaban en la plaza Gervasio Santillana, en Ayacucho. En este caso tampoco se observó la presencia de familiares, puesto que, fue enterrado en una fosa común.

Ø  El crimen de los tres niños nos recuerda que Sendero Luminoso cometió actos de lesa humanidad.

Ø  Nos recuerda que Sendero nunca mejorará al país con sus ideas retorcidas y sanguinarias.


Ø  Nos recuerda que terror no es sinónimo de paz.

Ø  Asimismo, coincidimos como ONG de DDHH, con la Organización de las Naciones Unidas, ya que, es muy tajante en su lucha contra el terrorismo por garantizar el respeto universal de los derechos humanos y del estado de derecho.



·         FUENTES UTILIZADAS:
-          Sitio web de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
-          Libro de la DESCO – “Violencia política en el Perú 1980 -1988”.
-          Diario Expreso








A 33 AÑOS DE LA EXPLOSIÓN DE UN BURRO-BOMBA EN HUANTA



El pasado 04 de mayo del 2019 se conmemoró uno de los hechos más sangrientos protagonizado por el grupo terrorista Sendero Luminoso, en el año 1986, en plena ciudad de Huanta, región de Ayacucho. Para recordar, aquel el grave acontecimiento sucedió a metros de la Plaza de Armas dónde se iba a realizar una ceremonia de cívica de izamiento del pabellón nacional dónde participarían diferentes autoridades y a dónde unos senderistas llegaron hasta la zona con el fin de explosionar un BURRO – BOMBA.

Según, el libro “VIOLENCIA POLÍTICA EN EL PERÚ DESCO”, aproximadamente a las nueve de la mañana un sujeto (terrorista - senderista) con sombrero y bufanda acudió a la plaza arreando un asno cargado de alfalfa quien se acercó a un grupo de alumnos en formación y les pidió que vigilaran al animal mientras él “buscaba” un lugar dónde le puedan alquilar un baño. Sin embargo,  nadie presagiaba que el asno traía consigo abundante dinamita, la cual, finalmente explotó con todo y el indefenso animal.

En base al informe de la Policía Nacional del Perú, durante este atentado se infiltró en la alfalfa del asno, varios cartuchos de dinamita, lo que provocó que se deje heridos de gravedad a siete escolares y dos profesores. Asimismo, la historia, concluye con el siguiente mensaje que entre los restos del burro se hallaron paquetes que contenían afiches que diciendo: "Viva la segunda parte de la cuarta jornada coronada de la quinta campaña" y "Rematar con sello de oro la conquista del mundo y del Universo".

Sin duda, estos pasajes son para memorar por la vida de aquellas personas y para no olvidar que el terrorismo es el mismo ahora, mañana y siempre ya que solo infunden terror entre los ciudadanos por el simple hecho de querer tener el poder a cualquier costo en nuestro país.




RECORDANDO LA SALVAJE ANIQUILACIÓN A UN PROFESOR ANTISENDERISTA


Foto/New York Times


La tortura y muerte del profesor, Mario Zumaeta, fue uno de los tantos episodios crueles perpetrados por, Sendero Luminoso, en una comunidad Asháninka. En este informe, recordaremos lo que ocurrió exactamente aquel noviembre de 1987.

La muerte del profesor, Mario Zumaeta, ocurrida en noviembre de 1987 se califica como uno de los crímenes más dolorosos, crueles y macabros de la historia, cuya orden provenía del grupo terrorista más influyente del Perú, Sendero Luminoso, que tuvo como lugar en el paisajístico poblado de Cutivireni, que se encuentra ubicado sobre el río Ene (Selva peruana).

El antecedente de este hecho tiene nombre y apellido, se trata del franciscano, Mariano Cagnón, quien tenía por costumbre ser un grosero y fumador empedernido. Según, el relato del libro de, Alberto Valencia, “Los Crímenes de Sendero Luminoso en Ayacucho”, el poblado de Cutivireni creció bajo la sombra del dicho padre, y cuando el hombre de fe notó la presencia de Sendero por los años 1986, entregó a los terroristas lo que pidieron en aquel momento para luego viajar a la capital, Lima, y buscar ayuda a los jefes de la orden franciscana quienes terminaron por enviarlo a New York. No obstante, se supo que Cagnón, vive en ese Estado “mascullando su dolor e impotencia”.

De otro lado, los hombres que habían decidido ser  ronderos bajo el mando de Antonio Cárdenas, vivieron su primer asesinato, pues Sendero Luminoso mató a cinco asháninkas el 12 de junio de 1987, ya que, se negaron a ser del Grupo Extremista, pero antes de huir del lugar, dinamitaron una capilla, volaron un motor que producía electricidad y quemaron cincuenta casas para luego izar el mástil principal conocido como “el trapo rojo del partido comunista”.

Tras varios meses de ausencia del grupo genocida, los ronderos de la zona se rebelaron de aquellas medidas extremistas, por lo que, Sendero supo de ésta conducta y decidió volver con más furia en noviembre de 1987, dónde cometieron un atroz crimen contra el profesor, Mario Zumaeta, quien arrió “el trapo rojo del partido comunista”. La cruel matanza a Zumaeta consistió en crucificarlo, cortarle los testículos para finalmente desmembrarlo en medio de la presencia de la comunidad asháninka. Y mientras cometían tal acto, mencionaron lo siguiente: “A este miserable lo hemos crucificado como a un carnero porque tuvo la insolencia de arriar la bandera que nosotros dejamos en nuestra primera incursión. Esto pasará con quien se atreva a bajar la bandera que ahora estamos dejando.”

Y aunque, los ronderos ya habían hecho intentos por bloquear la presencia de los terroristas, estos criminales terminaron acabando con la vida de al menos diez de ellos y tres profesores. El exterminio en aquellos años prueba de que Sendero Luminoso quiso en su momento dominar el país a punta de muertes, sin embargo, no tuvo éxito. Como se sabe, estos hecho no pueden ser olvidados y el Gobierno debe establecer leyes más drásticas contra estos genocidas.




A 36 AÑOS DE LA MASACRE EN LUCANAMARCA




Un día como hoy en el año 1983 ocurrió un hecho triste y amargo para la humanidad en el distrito de Lucanamarca - Ayacucho, se trataba de un atentado más de grupo terrorista, Sendero Luminoso (SL), quienes en ese momento dominaban las provincias y pueblos más alejados del Perú profundo. 



Al menos ochenta (80) personas fueron asesinadas con total frialdad la tarde del domingo 03  de abril de 1983 a manos de Sendero Luminoso, en las calles del distrito de Santiago de Lucanamarca, que pertenece a la provincia de Huanca Sancos en Ayacucho.

Antecedentes:
En base al Informe Final de la “Comisión de la Verdad y Reconciliación”, el detonante de ésta cruel masacre se debe a que los comuneros de Lucanamarca alzarán su voz de protesta por la presencia subversiva en dicho distrito desde el año 1982, dónde además estos se unieron para dar muerte a dos de los integrantes importantes del grupo terrorista: el líder Olegario Curitomay y “Camarada Nelson”.

Conmemorando los hechos de la masacre
Aquel domingo sangriento, Sendero Luminoso envió a sesenta (60) de sus integrantes quienes  traían consigo hachas, machetes, cuchillos y armas de fuego para ejecutar dicho crimen a hombres, mujeres y niños en su totalidad 80 víctimas, todo esto, bajo la orden de Abimael Guzmán Reynoso (actualmente cumpliendo cadena perpetua en la Base Naval del Callao). Es decir, Guzmán Reynoso, había designado al terrorista, Hildebrando Pérez Huaranca, como el encargado de la aniquilación para imponer una “sanción ejemplar” a los pobladores  rebelados y colaboradores de las Fuerzas Armadas que hacían frente a SL.

Sendero comenzó dicha matanza en Yanaccollpa, distrito de Huanca Sancos, dónde secuestraron y encerraron en una vivienda a 29 personas, entre ellas menores de edad, para destruirlas brutalmente con los armamentos mencionados al inicio de esta nota periodística. Posteriormente, los despiadados senderistas rociaron con agua hervida a los fallecidos.

La venganza terrorista continuaba y tres miembros de una familia fueron salvajemente asesinadas con hachas en el distrito de Ataccara. Asimismo, los atentados a inocentes seguían su curso en Llacchua. Más tarde, los guerrilleros ingresaron a Lucanamarca en horas de la tarde provocando que los comuneros huyan al cerro Calvario y estos disparen con sus hondas desde lo lejos al grupo genocida. Sin embargo, la actitud de defensa empeoró la situación y Sendero tomó por completo la provincia de Huanco Sancos.

La primera acción fue reunir a los pobladores o sino con engaños les decían que habría una asamblea en la plaza de Lucanamarca. Luego, separaron a los niños de las mujeres y a las mujeres de los hombres, finalmente, fueron obligados a echarse sobre el pavimento frente a la iglesia. Cuando estos habían acatado la orden, el macabro exterminio prosiguió dándole fin a cada vida con hachas, cuchillos, machetes y armas de fuego.



Decenas de personas muertas tras el atentado en Lucanamarca.


De pronto, un niño identificado como Epifanio Quispe avisó a los senderistas de la supuesta llegada de las Fuerzas del Orden, al ser alertados, los integrantes guerrilleros procedieron a huir de la zona provocando incendios en la Municipalidad de Lucanamarca en la Oficina de Correos, tiendas y viviendas que hallaban a su paso.

HASTA LA FECHA NO MUESTRA ARREPENTIMIENTO
Cabe destacar, que luego del horrendo crimen a  las 80 víctimas, Abimael Guzmán Reynoso, no ha dado muestras de arrepentimiento, por el contrario, afirmó ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación en el año 2002, que jamás renunciaría a su responsabilidad sobre dicha matanza, además, agregó que el acto fue en respuesta al uso de mesnadas y la acción militar reaccionaría.

Ya pasaron 36 años de este crimen de lesa humanidad y el país entero repudia al terrorismo, a Sendero Luminoso. Por ello, los ciudadanos solicitamos al Gobierno respuestas eficaces como la exigencia de que se apliquen los Derechos Humanos para barbaries como aquellas, nunca más sucedan.





Lima, 03 de Abril del 2019



Área de Prensa y redacción