La historia del MRTA va tener que cambiar
radicalmente, después de las revelaciones que hizo, Víctor Polay Campos, en su
libro titulado; muy inmerecidamente; Revolución en los andes y el cual es
además un testamento ideológico terrorista de sus acciones. Una historia que
contradice incluso a lo dicho por la Comisión de la Verdad.
El libro de más de 300
páginas y extrañamente sin numeración de las mismas, nos habla de datos
interesantes perdidos en el tiempo sobre su organización lo cual si bien es un
libro de adoctrinamiento para los jóvenes que quieran seguir al MRTA, también
es un libro de revelaciones, no solo por el contenido sino por los
prologuistas, lo cual nos lleva a replantear algunas cuestiones históricas.
Es un libro que además
tiene tintes autobiográficos, estructurado en forma de entrevista, con peguntas
que convenientemente responde el líder emerretista.
El libro esta estructurado
en 12 capítulos. El primer capítulo habla sobre sus orígenes y su militancia en
el Apra; y es la parte más
autobiográfica; el segundo capítulo sobre La militancia en el MIR, el cuarto
sobre La fundación del MRTA , el quinto sobre el Inicio de la lucha armada en
las ciudades y el campo, el sexto capítulo trata sobre La fuga del penal canto
grande, –uno de los más reveladores– el séptimo capítulo revela las relaciones
internacionales y nacionales de su organización–o lo que la CVR omitió en su
informe–el noveno capítulo es sobre la
toma de la casa del embajador japonés–no habla detalles, solo hace reflexiones–
y el décimo capítulo sobre la comisión de la verdad. Estos son algunos de los
capítulos más destacados.
En el capitulo cuatro del libro, el autor habla sobre la estructura del MRTA apenas comenzada su
lucha armada y conforme avanzaban los años.
Detalla una
estructura terrorista celular. Las primeras células eran de masas (zonas
geográficas, desde barrios hasta provincias) y funcionales (Sindicatos,
organizaciones estudiantiles, entre otros).
Estas dos primeras formas de organización sirvieron para captar integrantes,
luego estas darían paso a 3 células más: milicianas, militares y especiales.
La forma como narra
la organización, la función el porqué de la existencia de las células, es poco
más que parte de una manual terrorista.
Así refiere Polay
en su libro:
“Las células de masas debían estar capacitadas
para desarrollar la autodefensa en su frente de trabajo, tener nociones de la
lucha en las calles, la protección de locales, de las movilizaciones, cuidar a
los dirigentes, conocer su zona, etc.” Si bien esto es parte de un manual
subversivo también es una revelación del nivel de infiltración del MRTA. Nadie
ha hablado–tampoco la CVR–sobre las organizaciones que eran parte del MRTA o en
las cuales tenia influencia.
Como veremos a continuación.
Los errores de la CVR: Saúl Cantoral fue emerretista
De acuerdo al libro
de Víctor Polay, El MRTA controlaba las
huelgas mineras durante el gobierno de Alan García, incluso las dirigía y decidía
cuando atacar al gobierno políticamente con ellas.
Saúl Cantoral al
cual la CVR ha calificado como víctima al ser asesinado por el comando Rodrigo
Franco, era integrante de una de las células del MRTA. Textualmente lo que
narra Polay en la quinta parte de su libro es:
“Conducíamos la poderosa Federación Minera,
Metalúrgica y Siderúrgica a través de nuestro compañero Saúl Cantoral,
posteriormente secuestrado y asesinado por el Grupo Rodrigo Franco, debido a
que tuvo la osadía de dirigir las más importantes huelgas nacionales mineras”
Luego prosigue en la décima parte del libro cuando refiere
sobre la CVR:
“Cuando estudian a la
Federación de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos, simplemente
nos ignoran, cuando es bastante conocido que nuestros compañeros tenían, su
conducción y llevaron adelante las grandes huelgas nacionales mineras contra el
gobierno de Alan García. Luchas que, a la postre, le costó el secuestro y
muerte a nuestro compañero Saúl Cantoral, Secretario General de la Federación y
miembro destacado de la célula de dirección del frente minero del MRTA”
Según relata el
líder emerretista, la CVR hizo caso omiso de la revelación que les hiciera
sobre este dirigente sindical. Por lo que estaríamos hablando además de la
infiltración de esta organización en el sindicato minero, de una historia hasta
ahora desconocida. La historia de cómo el MRTA manejo este sindicato para
atacar al gobierno de aquel entonces, tras cada enfrentamiento significativo
con el ejército.
Cada enfrentamiento
armado entre fuerzas del ejército y las terroristas, llevaba también a una
respuesta política por parte de estos, que podía traducirse a través de los
frentes políticos y sindicatos que controlaban en huelgas, paros, o
pronunciamientos.
La razón de esta
omisión y revelación por parte de la CVR, debió deberse a que sus integrantes, eran de filiación
izquierdista–no todos pero los mas representativos– y los mismos por razones
políticas, no podían admitir que las huelgas contra el primer gobierno de
García, no eran dirigidas exclusivamente por los sindicatos de izquierda,
sino que algunas y varias de ellas eran
dirigidas por los grupos terroristas.
Aquí no hubo una
objetividad, por parte de la CVR, si es que tomamos como ciertas las
revelaciones de Polay Campos. Pero teniendo en cuenta que en la década de los
ochenta hubieron extraños pronunciamientos, comunicados y acciones retratadas
en la prensa de aquella época, por demás extrañas, por parte de varios sindicatos,
la revelación y testimonio de Polay Campos, explicaría muchas cosas que la
izquierda no ha podido explicar en el Perú, de aquel entonces.
Las comisiones de
justicia, inteligencia y defensa del congreso de la República deberían de
investigar este tema. Puesto que Cantoral al ser integrante de una célula
sindical emerretista, habría apoyado los asesinatos de esta, políticamente
hablando, contra soldados, policías y líderes sociales. Es decir apoyó las
distintas acciones de esta organización terrorista, siguió las disposiciones
que esta emitía en cuanto al apoyo político al MRTA y no puede considerarse un
mártir sindical.
La relación del MRTA con Javier Diez Canseco y Muamar
Gadaffi
De acuerdo al
libro, Javier Diez Canseco; uno de los líderes de izquierda históricos; era un
amigo de la organización, es decir, se puede entender que representaba el papel
de un intermediario o interlocutor del Partido unificado Mariateguista (PUM)
con los terroristas. Esto también se pude entender como apoyo político. En el
séptimo capítulo del libro señala:
“La relación principal la tuvimos con Javier
Diez Canseco que era su dirigente más importante… Nunca dejamos de perder el
contacto y cuando fui apresado la primera vez, en 1989, fue a verme al penal de
Canto Grande, preocupado por mi situación de seguridad. Cuando ellos pensaban
alzarse en armas abriendo un frente guerrillero en Puno, –esto vendría a ser un
grupo terrorista aunque Polay lo califica de otra forma–los apoyamos
logísticamente y con nuestra experiencia. Luego, para fortalecer la relación
invitamos a un compañero de su dirección a la ceremonia de clausura de nuestro
Comité Central, después de la fuga de Canto Grande, en 1990.”
Esto también revela que el PUM y por ende Javier Diez
Canseco, sabían del paradero de los terroristas fugados del penal de Canto
grande al final del primer gobierno de Alan García. Había pues un dialogo
político con el PUM
Poaly el líder terrorista, también señala que tenía vínculos con el líder libio Muamar Gadafi,
uno de los carniceros en la historia de medio oriente junto con Bashar al Assad
y Saddam Hussein en la secada de los 80.
De esta forma
textualmente relata en la septima parte de su libro:
“La primera vez que viajamos a Libia fue en
1979, luego en 1982 logramos reunirnos con Muammar Gadafi. Más adelante llegamos
a verlo cuatro o cinco veces más.”
La BBC había publicado hace varios años sobre el
financiamiento, apoyo logístico y político que dio Gadafi a los distintos
grupos terroristas en América Latina. Sobre esto, siempre se ha sospechado
sobre el entrenamiento o apoyo en armas que pudo haber dado Gadafi al MRTA.
Si bien esto último, no es lo que se dice en el libro, el
MRTA nunca ha podido explicar de dónde obtuvieron las armas que utilizaron para
su lucha armada y el dinero para comprarlas. Los fondos aquí son claves, puesto
que aunque la idea general y afirmación histórica es que se obtuvieron en el
mercado negro y por tráfico ilegal en aquella época, los fondos, solo pudieron
provenir de alguna fuente concreta. La gran pregunta ante la historia es quien
financio la compra de armas del MRTA y con ello la lucha armada en una primera
etapa. Lo misma pregunta existe sobre Sendero Luminoso.
La influencia en organizaciones sociales
En la quinta parte
de su libro, Polay relata sobre el frente sindical y politico que tenían en el
país:
“Nosotros influimos
por medio del Frente de Defensa de Lambayeque, presidido por Yehude Simón, el
Frente de Defensa de San Martín, conducido por Lucas Cachay y la Federación
Nacional de Docentes Universitarios del Perú (FENDUP) de Javier Alarcón”,
continua relatando: “En la misma
asamblea, que se realizó en Villa el Salvador –VES con 3000 delegados, éramos
una de las principales fuerzas políticas con la ventaja que nuestra influencia
estaba repartida en todas las fuerzas sociales.”
Hasta el momento se había creído que solo sendero tenía
influencia en las organizaciones de Villa el Salvador en los ochenta.
Prosigue con: “También,
a través de varios frentes de defensa, como los de San Martín, Ucayali y Junín,
donde uno de sus principales dirigentes era el compañero Luis Aguilar,
presidente del mayor Asentamiento Humano de Huancayo “Justicia, Paz y Vida”,
que después fuera asesinado por Sendero Luminoso.”
Aquí se revela la infiltración que tenían en organizaciones
sociales de provincias.
Partidos, micropartidos
y congresistas entre sus filas
En la sexta parte del libro en la cual se habla sobre la
fuga del penal Canto Grande refiere una revelación que ningún grupo de izquierda
ha querido admitir, y que la CVR tampoco ha investigado con objetividad, el papel
de los grupos de izquierda en el apoyo al MRTA.
Victor Polay refiere: “Se
acordó impulsar otro frente político: “Patria Libre”,–el primero habia sido UPD
de acuerdo al mismo libro– que debía desarrollar un programa amplio de defensa
del nivel de vida de las masas y de las libertades democráticas y debía ser la
confluencia de la UDP, el Bloque Popular Revolucionario (que estaba formado por
bases de la IU y del Partido Comunista, que se habían acercado al MRTA. Junto
con algunos congresistas, liderados por Yehude Simon), además de otros
sectores.”
Aquí se revelan dos cosas importantes la creación de frentes
políticos, y el apoyo de algunas bases y grupos integrantes de la Izquierda
Unida y del Partido Comunista quien se había acercado como dice el propio Polay
a su organización. En la CVR nunca, se
trató sobre esto, por el contrario, se habló de la lucha de la izquierda contra
los grupos terroristas, hoy sabemos de manos del dirigente emerretista, que
esta historia no es del todo cierta.
También afirma el líder terrorista que tenían sus candidatos
al congreso del año 1990: “En las
parlamentarias, levantamos las candidaturas de una izquierda consecuente con
Yehude Simón, por Lambayeque y Lucas Cachay, por San Martín” Esto está escrito
en el sexto capítulo del libro. Otro detalle que históricamente no estaba
revelado. Simon fue indultado por el
gobierno de Alejandro Toledo a petición de Diego García Sayán, al parecer
ninguno de los mismos tenian, la versión del terrorista y líder emerretista
Polay Campos, sobre las actividades reales; según el MRTA; de Simon.
En la décima parte además afirma reveladoramente lo
siguiente sobre su entrevista con miembros de la CVR: “En el trabajo de masas, también quieren separar del MRTA el trabajo
que impulsábamos con los frentes políticos. Quieren desconocer que,
organizaciones como Pueblo en Marcha, Unidad Democrático Popular - UDP, Bloque
Popular Revolucionario y Patria Libre fueron impulsados por nuestros
militantes, junto con personas independientes.”.
Esta acusación que hace Polay, es la sospecha que se ha
tenido sobre el papel de los distintos movimientos y colectivos marxistas en la
década del ochenta en apoyo a los grupos terroristas como el MRTA y Sendero
luminoso.
También revela el MRTA en la décima parte del libro:
“Tampoco dan cuenta de
nuestra política de alianza con los partidos de izquierda y las bases radicales
del APRA”.
El apoyo de los partidos de izquierda; al menos algunos
partidos y micro partidos; a grupos terroristas, es algo que la CVR ha querido
negar. En cuanto a las bases radicales del APRA, se refiere, al denominado APRA
rebelde, o algunas de sus secciones o grupos que lo conformaban, o a colectivos
apristas en disidencia con el primer gobierno de Alan Garcia, que colaboraron
de alguna forma con los emerretistas.
Si bien las bases del APRA son disciplinadas, es conocido
ante la historia, las fuertes discrepancias de parte de algunos sectores de esa
militancia, en contra del gobierno de ese entonces. Por lo que el apoyo de
algunos militantes o colectivos si se pudo haber dado.
Casi al final del décimo capitulo parte revela incluso:
“Cuando se dio el
autogolpe fujimorista, los primeros en salir a las calles a protestar en forma
conjunta fueron nuestros militantes con los de la juventud aprista.”
Un ex presidente y un historiador entre los prologuistas
En el comienzo del
libro aparecen entre otros los prólogos de Javier Mujica el expresidente de Uruguay,
el cual es muy claro, dice textualmente
sobre Polay y el MRTA:
“Ese es el legado que dejaron “las derrotas triunfadoras” de todos los luchadores en la historia humana. –No se entiende como terrorismo y luchador de la historia aquí se concatenan–Nunca llegamos a donde soñamos, pero imperceptiblemente avanza algo la realidad social que nos circunda. Jamás habrá un mundo perfecto, pero es posible multiplicar la herencia que nos dejara la solidaridad intergeneracional, eso que llamamos civilización y que constituye el sello singular de la especie.” Toda una declaración ideológica de Mujica.
Después de todo, Polay Campos es un comunista
y Mujica, otro más, se prueba con esto que entre camaradas no importa el crimen
que haya cometido, todo es perdonado y defendido. En cuanto a “derrotas
triunfadoras” se refiere al expresidente de Uruguay a todos los atentados
terroristas de los emerretistas. Increíblemente ese es el prólogo, no de un
demócrata sino de un compañero de armas.
Posteriormente agrega: “Ten
mi aliento desde el sur, Víctor, hermano al que no conozco pero por el cuál
pedí y rogué más de una vez con poca suerte. Ten mi compañerismo y en ti, hacia
todos aquellos que ataron su juventud a la esperanza por una América Latina
mejor. Gracias por vivir y resistir, gracias por sembrar.” La
pregunta que habría que hacerle al ex presidente dice Uruguay es que puede
sembrar un grupo terrorista que en las llamadas cárceles del pueblo tenia
secuestrados a civiles, que asesinaba policías y soldados, que quería imponer
un régimen de terror y muerte en los ochenta en el Perú. Este prologo debería
ser materia de una carta del estado peruano, de la cancillería, hacia el
gobierno del Uruguay de como un expresidente uruguayo defiende asesinatos en el
Perú.
Esto pone en
evidencia que el expresidente de Uruguay aboga por un terrorista, por un
asesino y por los crímenes cometidos por el MRTA.
El Canciller de la República, debería Exigir las disculpas públicas por un prólogo que ofende la
memoria historia del país. No es la primera vez que Mujica tiene estas acciones
controvertidas.
En el año 2018, en una conferencia en Francia, firmò un documento a favor de la libertad de los terroristas del penal de la base naval del callao y el cierre de la misma. El documento fue publicado por el Movadef y propagandizado en redes sociales. El mismo era parte de la operación Némesis de esta organización por libertad de terroristas.
Pero Mujica no es
la única persona que genera controversia al aparecer entre los prologuistas. Antonio
Zapata historiador públicamente conocido por ser conductor de programas
televisivos y citados como un referente entre los historiadores también prologa
el libro; salvo que el documento haya
sido colocado sin su consentimiento; sus palabras son muy exactas,
“Polay no es muy
explícito en los detalles, pero por la lectura del conjunto de su producción se
puede inferir que se identifica con el compromiso con los pobres, y al igual
que Gutiérrez,–sobre teología de la liberación y la supuesta interpretación
ideología de la misma del MRTA– concibe la caridad como la mayor de las
virtudes. La solidaridad con el necesitado está en la base de su moral
personal.”
Si bien el texto y ensayo que realiza Zapata como prólogo a
este testamento terrorista de Polay, ha sido cuidadosamente escrito en el cual incluso
deja entrever que el MRTA es un grupo terrorista, llama mucho la atención el
final de su ensayo:
“Por encima de todo,
Polay me pareció un romántico, alguien que quería dirigir una guerra a la
antigua, con maneras políticas y elegancia, –increíble declaración de un historiador,
debió ser una manera política el secuestrar a empresarios y torturarlos, en
cuanto a elegancia no se entiende que pudo haber de elegante en las acciones de
los emerretistas–ofreciendo treguas y
poniendo por delante el rescate de los compañeros, como fue la fuga del penal
y, según relata Polay, igualmente habría sido el caso de Cerpa. En su
testimonio se nota que ese romanticismo sigue íntegro en Polay y que lo
sostiene fuerte y sólido en sus convicciones. Me despido deseando que pronto
puedo volcar sus emociones en su familia.”
Romanticismo se refiere a las terminologías ideológicas políticas del siglo XX, a aquellas ideas, que tenían las más nobles ideales pero que en la práctica muchas eran imposibles de realizar o que en la ejecución de las mismas, eran inconsistentes.
Los asesinatos cometidos
por el MRTA, las cárceles del pueblo, no parecen ser pues cosas románticas por
el contrario se esperaba por parte de Antonio Zapata, una condena total a todas las acciones de esta
organización un recuento del daño al país, por el contrario, realiza un juicio
subjetivo en el libro. Víctor Polay Campos fue y es un comunista y el
historiador es también militante ideológico del marxismo, se explica el subjetivismo
de su prólogo en la obra. No se puede hablar de aventuras románticas para
calificar una lucha armada que costó la vida a cientos de personas. Los
familiares de las víctimas no pensarían que Polay fue un hombre de acciones
“románticas” en los términos ideológicos del comunismo.
En realidad el
autor del libro es un asesino, y Zapata, debió haber sopesado esto, al parecer,
no tiene en claro quién es realmente el autor, que muy al margen de ser
ideológicamente un comunista, que se hace llamar “guerrillero”, es un
terrorista a final de cuentas, y mucho
más allá de eso, es un asesino. No cualquier asesino, un asesino que liderò una
organización, responsable de cientos de asesinatos.
Los aliados del MRTA en los 80
En la última parte
del libro en la que refiere sobre balance general, revela otro detalle olvidado
en la historia, el cual es sobre su primer arresto durante el gobierno de Alan
Garcia y quienes salieron a defenderlo ante las acusaciones de terrorismo:
“Más adelante, vamos a ser uno de los
principales organizadores de la Asamblea Nacional Popular, de 1987. Si no
hubiéramos tenido un trabajo de masas cómo se explicaría que cuando yo fui
enjuiciado la primera vez, saliera un comunicado en los principales medios
firmado por las organizaciones sindicales y populares más importantes,
defendiendo mi condición de dirigente político insurgente y rechazando la
acusación de terrorismo. Firmaban ese documento la CGTP (Central General de
Trabajadores del Perú), la CCP (Confederación de Campesinos del Perú), la CITE
(Confederación Intersectorial de Trabajadores Estatales), la CNA (Confederación
Nacional Agraria), la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos
y Siderúrgicos del Perú, el SUTEP (Sindicato Único de Trabajadores en la
Educación del Perú), Sindicato de Trabajadores en Construcción Civil del Perú,
además de otra docena de Federaciones nacionales como Luz y Fuerza, Bancarios,
Papeles, Laboratorios, Municipales, Gráficos, Vidrios, Azucareros,
Autogestionarias, etc., etc.”
Revela y prosigue : “Ahí
aparecían nombres como el del legendario dirigente Isidoro Gamarra y del mártir
del movimiento obrero Pedro Huilca Tecse, asesinado por la dictadura
fujimorista en 1992, cuando era el secretario general de la CGTP.”
Aquí caben varias preguntas, porque la Comision de la verdad
no recogió este testimonio. Que es lo que llevo a Huilca, por ejemplo a firmar
este documento, o porque las centrales sindicales de aquel entonces firmaban el
mismo. Había aquí una sola respuesta. Infiltración. La infiltración del MRTA en
las organizaciones sindicales de la década del ochenta y principios del noventa, era más que
evidente.
Patria Libre
En la última parte del libro, Victorio Polay, revela un
detalle importante se refiere como a los que intentaron organizar el movimiento
Patria Libre, como ex emerretistas. En suma era un movimiento con inspiración ideológica
clara del MRTA.
Nos encontramos no solo ante el testamento terrorista ideológico
de Polay Campos, sino aun un manual de operaciones, que les dice a las nuevas
generaciones como se gestó realmente el MRTA y como gestionar una nueva organización
subversiva. Sin embargo, también ofrece radicalmente un relato distinto de como
operaban. Como se organizaron, un relato desde las entrañas de la misma bestia y
aquí tenemos que hacer una corrección histórica a lo que ha sostenido vagamente
la Comisión de la Verdad y la propia Dirección Nacional Contra el Terrorismo.
Esta organización armada en si conjunto no solo se constituía
en un ejército de terroristas sino que además tenia, partidos, micropartidos,
sindicatos y frentes políticos en la parte política de su organización. El MRTA
operaba en dos líneas, tenías dos aparatos que funcionaban coordinadamente, dos
líneas de batalla.
Conceptualmente es muy distinto a lo que ha contado la CVR y
la propia Dircote. Solo de esta forma se puede entender la magnitud del fenómeno
terrorista. Y se puede entender que solo se ha acusado ante la historia a la parte
“militar” de la organización, pero no así a la parte política, a los frentes,
partidos y sindicatos que manejaba.
Es decir una parte de la organización del MRTA ha quedado
impune ante la historia. Este mismo hecho ha ocurrido con sendero luminoso.
De esta falta de juicio crítico, de investigación histórica,
de recopilación de datos se ha dado un concepto equivocado en la organización y
funcionabilidad y accionar de los grupos terroristas.
Es por este error, que los brazos políticos de los grupos
terroristas, no pueden ser hasta el momento encarcelados y detenidos y que erróneamente
se creen que solo son parte política de la organización, cuando lo que son
realmente, son la propia organización y lo que precede a la lucha armada.
El libro revolución de los andes, significa eso, un cambio a
lo conceptual sobre cómo se define una organización terrorista, como operó y
como puede volver a operar. El enfoque sobre las organizaciones terroristas
debe cambiar radicalmente, no solo el histórico, sino el judicial y el de
inteligencia.
Lima, 2 de septiembre del año 2020
Waynakuna Perú
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